Lo deseable, congruente y pertinent, es que cada sujeto hombre o mujer, ingrese al magisterio con total vocación y absoluta convicción respecto a lo que implica y significa ser docente, responsable no solo del aprendizaje de muchas generaciones de niñas y niños, sino además, corresponsable de su formacion y futuro.
La realidad es distinta entre quienes no ingresamos con vocación al trabajo docentr, soy yo. En un primer momento desde luego; sin embargo al paso del tiempo y en la medida que se van construyendo las experiencias significativas de esta importante tarea, uno queda arraigado y asume los compromisos y retos que implica este quehacer humano.
Como docente en el medio preescolar indigena y con un trayecto de 30 años de experiencia, me es posible ubicar y diferenciar los dos momentos contrastantes de mi vida laboral y profesional.
Ingresé con estudios de secunadaria con una incertidumbre respecto al trabajo docente en este nivel; ahora, representa un honor continuar en este nivel educativo, al conocer investigaciones y aportaciones teóricas sobre el momento crucial que representa esta edad, en el aprendizaje del ser humano, y la construcción del conocimiento en el.
Una situación que representa tarea permanente y que implica dificultad y toma de decisiones, es integrar cada año y generación, a niñas y niños con conocimientos previos y características cada ces mas heterogéneas en el propósito de contrbuir con los principios de la diversidad y equidad remomendados en el programa actual PEP-2004
Hola profr. Daniel
ResponderEliminarRealmente el ser docente es toda una aventura, desde nuestro ingreso hasta la permanencia en el servicio, aún así, el trabajar con niños es una experiencia maravillosa. Saludos.